Ayuda y Entrenamiento

Desafío 5 : El pueblo de Dios

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<b>¡Pero no puedo guardar los Diez Mandamientos!</b>
Probablemente sea obvio que nadie puede guárdalos. Un niño puede preguntarse qué sentido tiene tener reglas que inevitablemente vamos a desobedecer aun si intentamos cumplirlas.
Estos mandamientos representan los más altos estándares de Dios, no porque sea un duro maestro de escuela que está esperando que cometamos un error, sino porque nos ama y quiere que vivamos juntos en paz y disfrute.

Por lo tanto, es importante tratar de mantener estos mandamientos porque tienen mucho sentido, y porque nos ayudarán a mostrar cuán diferentes es en realidad el pueblo de Dios. Pero si fallamos -y todos lo haremos- entonces podemos ir a Dios y admitir lo difícil que lo encontramos, y pedirle su ayuda. La vida y la muerte de Jesús, más de mil años después, hacen posible que sigamos siendo amigos de Dios, aunque no siempre podamos vivir como él quiere.

<b>¿Cómo podría Dios decirle a su gente que mate a todos en Jericó?</b>
Tú y el niño justamente habréis leído que el Mandamiento 6 es: 'No debes matar'. Las instrucciones de Dios parecen contradecir esto directamente, y contradecir su naturaleza de compasión y justicia. Es una pregunta difícil, una que posiblemente te repetirás varias veces mientras continúes tu viaje con Dios. Estate preparado para admitirlo, si le parece al niño que este es un tema desconcertante, y hazle saber que estás dispuesto a hablar de ello otra vez.

Necesitamos pensar sobre el contexto. Las personas que vivían en Jericó (y gran parte de Canaán) eran muy perversas. Leemos acerca de esto en Génesis 15:16. Vivieron sus vidas de una forma totalmente opuesta a las reglas que Dios había establecido para su propio pueblo. Dios es amoroso, pero no tolera el mal comportamiento continuo. Él ha declarado la guerra contra el pecado, y en este pasaje su pueblo está llamado a formar parte de esa guerra.

Ten en cuenta que Rahab, quien decidió que quería ponerse del lado de la gente de Dios, fue rescatada. 2 Pedro 3: 9 señala que cuando las personas se mueven hacia Dios, él está más que dispuesto a que formen parte de su pueblo.