• 1. Dios Crea el Mundo
• 2. La familia de Dios
• 3. Sacar de lo malo algo bueno
• 4. Moisés
• 5. El pueblo de Dios
• 6. Héroes de Dios
• 7. La nación de Dios
• 8. ¡Problemas!
• 9. Canciones y dichos
• 10. Los mensajeros de Dios

• 11. Jesús, Hijo de Dios
• 12. Lo que dijo Jesús
• 13. Lo que hizo Jesús
  • 61. Comida para todos
  • 62. Jesús camina sobre el mar.
  • 63. Un hombre recobra la vista
  • 64. Un hombre es sanado
  • 65. Lázaro está vivo
• 14. El gran plan de Dios
• 15. Los primeros cristianos
• 16. Buenas noticias para todos
• 17. Pertenecer a Dios
• 18. Vivir según la voluntad de Dios
• 19. Siguiendo a Jesús
• 20. Siempre con Dios

Ayuda y Entrenamiento

Considera: Lo que este reto significa hoy

A veces estos pasajes pueden dar la impresión que aun siendo grandes historias, no parecen tener relevancia para nuestras propias vidas (o para la vida de un niño). Debemos asegurarnos de que el niño no los relegue al mundo de la fantasía y los cuentos de hadas. Por lo tanto, es importante en cada historia tratar de ubicarse en cada historia usando su imaginación.

Por ejemplo: en la historia de la curación de Lázaro, imagina que has estado allí de luto por él. ¿Qué hubieras visto, escuchado y olido? ¿Cómo te hubieras sentido cuando salió Lázaro? ¿Qué habrías hecho? Si hubieras vivido en un pueblo vecino, ¿hubieras creído a las personas que te lo dijeron? ¿Qué te hubiera convencido?

Entonces, el desafío es relacionar estas historias con la vida de hoy. Puedes compartir historias personales de cómo Dios ha intervenido en tu propia vida cuando has necesitado sanidad o protección, o historias que ha encontrado en Internet o en libros cristianos. (¡No tienen que ser espectaculares!) Con niños mayores, podrías hablar sobre cómo se muestra el poder de Dios en el mundo de hoy. A menudo no nos damos cuenta de las cosas que Dios está haciendo, por lo que es bueno reservar tiempo para pensar cómo vemos a Dios trabajando todos los días.

Piensa en lo amable que era Jesús en cada historia: observó la situación y sintió pena por las personas involucradas. Después de eso, intervino con un milagro. Ahora tomemos el hábito de observar las dificultades en que se encuentran las personas, y luego pídale a Dios que haga algo especial para ellos. ¡Él podría elegirnos para ser parte de la solución!