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Desafío 20 : Siempre con Dios

Comienza

Juan está en el exilio en Patmos. Mientras adora, recibe una nueva revelación de Jesús: habiendo venido como Salvador en el pasado, vendrá como juez en el futuro. Juan también presenta una nueva percepción de la visión de Dios sobre la iglesia.

Sin embargo, no es sin dolor ni lucha. Apocalipsis representa a una iglesia que sufre persecución y en muchos sentidos es una llamada a perdurar a la luz de la esperanza futura. Los siete mensajes a las iglesias revelan la profundidad del cuidado que Jesús tiene para su iglesia. Afirma lo positivo y exhorta a la gente en cuanto a lo que está fallando: ambos aspectos indican su deseo de verlos alcanzar su potencial. En este momento el mundo puede parecer un desastre y el pueblo de Dios una minoría insignificante. Puede parecer que las fuerzas del mal están ganando la batalla. Pero esa no es la forma en que terminará. El futuro está asegurado por la muerte del Cordero y el poder de Dios: el Espíritu siempre está activo en el mundo.

Juan contempla la abrumadora belleza de nuestra morada eterna: puertas de perlas, calles de oro, un río de vida, todo iluminado por la gloria de Dios (Apocalipsis 21: 23). Todo será nuevo y Dios morará con su pueblo para siempre.

Apocalipsis no es un libro fácil de interpretar y los cristianos no siempre han estado de acuerdo en los detalles. Llegaremos más lejos si recordamos la naturaleza de la escritura apocalíptica, usamos nuestra imaginación y nos centramos en la gran panorama.

Dios trae a la consumación su plan para la redención y la restauración del mundo. Al final de Apocalipsis hemos cerrado el círculo. La creación de Dios está de vuelta donde siempre había querido: es el hogar de la paz y la rectitud, habitada por una humanidad redimida que compartirá comunión con Dios para siempre. La esperanza futura prometida desde la caída ha llegado a su cumplimiento final.