Desafío 19 : Siguiendo a Jesús

94. ¡Créelo y hazlo!

¿Qué pensarías de alguien que dice ser tu mejor amigo, pero nunca comparte sus caramelos contigo o no te deja jugar con sus juguetes?
No es suficiente solo decir cosas amables. ¿Qué más cosas tengo que hacer?
¿Alguna vez has dicho a alguien: “Pareces cansada”?, ¿Qué podrías hacer?
¿Alguna vez has dicho: “Te has perdido un montón de lecciones cuando estabas fuera de la escuela”?, ¿Qué podrías hacer?
¿Puedes pensar en algo que puedes decir y hacer hoy por otra persona?
 ¡Créelo y hazlo!
Empieza el reto encontrando y leyendo este versículo en la Biblia: Santiago 2:17.

La Historia hasta ahora

Santiago tiene un mensaje muy práctico. Crecemos en nuestra fe cuando las cosas se ponen difíciles. Nuestra fe debe ser demostrada por la forma en que vivimos. No debemos tratar a algunas personas mejor que a otras. Tenemos que amar a los demás tanto como nos amamos a nosotros mismos. Santiago nos anima no solo a escuchar a Dios, sino a obedecerle.

Santiago 2:14-26

Ahora leed juntos Santiago 2:14-26

Qué sigue después

Santiago nos anima no solo a escuchar a Dios, sino a obedecerle también. Luego dirá que para vivir de esta forma vamos a necesitar autocontrol, y para asegurarnos de poder hacerlo, necesitamos estar cerca de Dios. Santiago termina animando a sus lectores a ser pacientes y seguir orando, por ellos mismos y por los demás.

Explora la Biblia

Contestad juntos las preguntas de El gran desafío de la Biblia de la página 120.

¿Sabías que?

Santiago No es de todo seguro quien fue “Santiago”… Pero lo más seguro es que fuera el hermano de Jesús, que se convirtió en uno de los líderes de la primera iglesia cristiana en Jerusalén.

¿A quién va dirigida? La carta no se escribió para una sola iglesia, sino para los cristianos en todo el mundo.

El material de escritura Las cartas del Nuevo Testamento se escribieron sobre el papiro, el cuero o la piel de animal hecho en pergamino. Se enrollaba en un pergamino y se podía ir extendiendo mediante la adición de nuevos materiales.

 

Habla con Dios

“Señor, ayúdame a servirte toda mi vida y serte un amigo fiel, al igual que tú lo eres conmigo”.

Pruébalo

¿Cuántas cosas buenas se pueden hacer en una semana? No hay que subir una montaña o correr una maratón; simplemente cotidianas, ordinarias, pequeñas cosas que pueden mostrar tu bondad hacia los demás. En tu casa, puedes organizar tus cosas en tu dormitorio, limpiar la jaula del hámster o hacer tus tareas sin que te lo digan; en la escuela, puedes limpiar los pinceles o mover las sillas cuidadosamente. Lo que digas puede ser bueno también; dale las gracias a la persona que te prepara la comida, o al conductor cuando bajes del autobús; cuéntales un chiste a tus amigos para animarlos cuando estén decaídos. Empezarás a ver qué obras buenas puedes hacer y decir, y hazlas en silencio y sin presumir de ello.
¿Por qué no te propones un objetivo? ¿Podrías hacer siete obras buenas en una semana (una al día)? Si te resulta fácil hacerlo, continúa una semana más... y otra... y otra... hasta que no tengas que pensar en ello o llevar la cuenta.